La tendencia más habitual con la llegada de un nuevo año es pensar en lo que no hemos aún alcanzando, para de este modo, establecer lo que van a ser nuestros objetivos para el próximo año. La intención es maravillosa y por supuesto que te animo a continuar proponiéndote pasos de mejora y crecimiento personal, que es lo que llamamos objetivos; pero bajo mi opinión, puede llegar a desgastar mental y emocionalmente, porque tu atención está siempre puesta en lo que aún falta.
Por eso, para este cierre de año tengo una propuesta diferente para ti.
Pensando en lo que ya has alcanzado y donde ya estás, sin reflexionar necesariamente en los objetivos que te propusiste cuando entrabas en este año que ahora llega a su cierre, sino enfocándote en positivo, mi propuesta es que te tomes un tiempo para CELEBRAR y SENTIR sobre lo siguiente:
- ¿Qué celebras haber vivido este año? ¿Y qué sensación te produce esto?
- ¿En qué ha mejorado tu estilo de vida? ¿Qué has aprendido?
- ¿Qué personas te han ayudado a crecer? ¿Qué te hace sentir?
- ¿Qué deseas conservar para el año nuevo? ¿Y qué deseas soltar?
Y ahora sí, para cerrar este año y comenzar uno nuevo, hablemos de los objetivos. ¿Por qué a veces no es suficiente con pensar en lo que quieres conseguir? ¿Qué necesitas para hacer tangibles tus objetivos?
- Necesitas establecer un plan de acción con pasos prácticos que te lleven hasta el objetivo.
- Necesitas tener en cuenta otras opciones, por si aparecen imprevistos poder continuar con tu objetivo, pero con flexibilidad.
- Necesitas conocer tus objetivos correctos, los que personalmente te benefician a ti, en este momento de tu vida.
Con la llegada del año nuevo recibes nuevas posibilidades en todos los sentidos, para traer a tu vida aquello que deseas vivir y sentir. Solo necesitas una actitud nueva.
Lleva tus manos corazón y responde desde la honestidad: ¿Qué continuas anhelando?
El 2020 es una nueva oportunidad para establecer más claridad en tus necesidades y deseos, dándole la forma correcta para que tu vida se llene de luz.